lunes, 14 de noviembre de 2016

LA HUMILDAD

En este semana queremos hablar de un concepto que promueve en el ser humano el amor hacia los demás y la disposición de reconciliarnos, dando paso a la comprensión y comunión unos con otros. Estamos promoviendo en la mente del hombre de hoy esos conceptos, valores de hecho que han tratado de desenfocarlos de la verdadera importancia en la sociedad. Y es que requerimos una sociedad con principios sólidos, que hagan que los que convivimos aquí, pensemos de forma positiva y edificante. Esta semana queremos hablar de la humildad.

El concepto humildad tiene varias formas de conocerle: 1. Puede ser entendido como la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades; 2. Se aplica a la persona que tiene la capacidad de restar importancia a los propios logros y virtudes y de reconocer sus defectos y errores. A mi parecer, ambas acepciones son muy atinadas a nuestro tema de esta semana en Casas de Paz. En el primero debemos reconocer que tenemos limitaciones o debilidades. En la Biblia se relata una posición que declaraba el apóstol Pablo, que expresa que cuando era débil, entonces era fuerte. Esto lo encontramos en 2 de Corintios 2:10, en el que podemos leer también que este apóstol se gozaba en las debilidades, afrentas, necesidades y angustias. Esta era un virtud del apóstol Pablo, pero también debe ser una en nuestras vidas, ya que necesitamos reconocer limitaciones propias de nuestra naturaleza. Así entendemos que solos no podemos.

En segundo lugar, debemos restar importancia a nuestros logros o méritos. Miremos esto que dice nuevamente el apóstol de los gentiles, en la carta a los Filipenses en el capítulo 3, verso 7:  "Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo". Notemos que volvemos al tema inicial de Casas de Paz, "EL AMOR". Así como Pablo estimaba como pérdida sus logros, no crees que debemos nosotros estar movidos a lo mismo en estos tiempos. El sistema nos impulsa a sentirnos orgullosos de resultados o metas, cuando en la Palabra de Dios somos llevados a la humildad, renuncia y estimación de no haber alcanzado nada aún.

En este mismo orden de ideas, leyendo Filipenses en el capítulo precitado, observamos que el concepto de pérdida va íntimamente ligado al del amor; "por amor a Cristo lo he perdido todo", haciendo alusión a que la pérdida no es una derrota, más bien es una victoria, entendido a la luz de la Palabra de Dios. Es de allí que la humildad como la capacidad o virtud de restar importancia a los propios logros es precisamente la expresión del amor hacia Dios y la renuncia del yo, abriendo camino al verdadero éxito.

Uno de los propósitos de la humildad es la renuncia al yo, para dar paso al "Él" (Dios), "nosotros" o al "ellos", dando el lugar a Dios y a otros en todo tiempo. Cuando somos humildes decimos con ello algo positivo de otros, ya que reconocemos nuestras debilidades, que solos no podemos, necesitamos de otros, así como requerimos a Dios en nuestras vidas.

Conclusiones y Desafíos:

Revisemos si este principio o valor lo practicamos y hagamos acciones cotidianas movidas por este. Seamos humildes de verdad, en nuestros barrios, escuelas, universidades, trabajo, donde sea que estemos. Reconozcamos nuestras limitaciones y debilidades; no le demos importancia a nuestros logros y digamos que nos hace falta mucho. Dios hará el resto.

Dios les bendiga,

Pastor Alberto Petit



CASAS DE PAZ

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