lunes, 31 de octubre de 2016

EL PERDÓN

¿Cuál es el significado del perdón?
Es la decisión de no tomar en cuenta las ofensas que otros cometen contra ti, colocando los principios de restauración, restitución y  reconciliación por encima del resentimiento, odio y venganza.

Cuando hablamos de perdonar o ser perdonados nos referimos, a mi parecer, al acto más noble de un ser humano para con otro. El perdón nos capacita, nos equipa y prepara para amar, crecer en la renuncia al yo y sus deseos, y liberarnos de la culpa o acusación que tanto daño hace a la menta y conducta del hombre. Por otro lado, nos pone en posición de triunfar sobre intereses egoistas o revanchistas. En este sentido, puedo afirmar que el perdón es un acto necesario para soltar el pasado y mirar al futuro con optimismo, ya que constituye un proceso terapéutico especial para la mente del ser humano.

Todos en algún momento hemos necesitado ser perdonado o perdonar. Aunque debo admitir que en ocasiones se nos hace dificil, dada la profundidad del daño causado en nosotros o la dimensión de nuestras ofensas hacia los demás. Por lo que es necesario repetir que perdonar significa disculpar la ofensa de alguien o simplemente no tomar en cuenta su falta. Conforme las Escrituras Sagradas, el concepto perdonar proviene de varias palabras hebreas y griegas que tienen en común la idea de liberar a un ofensor de la culpa y restaurar la relación personal que existía antes de la ofensa. Por ejemplo, se usa el verbo hebreo nâsâ, para referirse a "levantar [quitar]" la culpa. En griego, el verbo jarízomai significa “dar con gracia" como un favor. En este sentido, la palabra perdonar puede entenderse como la acción de dejar pasar la ofensa de alguien, como cuando una persona deja de exigir que se le pague una deuda o como cuando alguien no toma en cuenta la mala frase que profirieron en su contra. Alguien dirá que es muy complicado perdonar y hay quienes no piden perdón por miedo al rechazo, ya que piensan en el tamaño de la ofensa que generaron.

Jesús usó esta comparación al enseñar a sus discípulos a orar: “Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben” (Lucas 11:4). De igual manera, en la parábola del esclavo que no mostró misericordia, Jesús explicó que el perdón es como la cancelación de una deuda (Mateo 18:23-35). Todos los hombres hemos pecado y Dios nos perdona. Ahora, imaginemos por un momento que requieren aquellos que nos ofenden, yo pienso que igual misericordia deberíamos tener. Perdonar al prójimo, a aquellos que se han levantado contra nosotros, dejar las cargas en las manos de Dios, esa es la tarea de todo aquel que dice ser un creyente en Jesús, que su fe la tiene puesta en Él.

La semana pasada hablamos del amor. Hoy hablamos de uno de los actos que ejercita el amor, el perdonar y ser perdonados. 

CONCLUSIONES Y DESAFÍO

Siempre hemos necesitado del perdón. Sin ello no habría avances en la humanidad. En algun momento dos partes o personas que han tenido conflicto han requerido perdonarse y ponerse de acuerdo para seguir adelante. Ha pasado desde matrimonios hasta naciones. Hoy se nos presenta un reto alentador, donde ejercitaremos en amor. Comparte este mensaje con amgos, vecinos; pero sobre todo perdona a alguien que te ofendió y/o pide perdón a aquellos que has ofendido o contra los cuales has realizado acciones contrarias. Que esta sea una semana donde podemos perdonar y ser perdonados.

Dios les bendiga,

Pastor Alberto Petit

CASAS DE PAZ

domingo, 16 de octubre de 2016

EL VALOR DE AMAR

Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Todos dedicamos nuestro tiempo, nuestra energía y dinero a aquellas cosas que mueven nuestro interior, estos principios que impulsan nuestro actuar. Sin embargo, los valores que creemos no son a menudo los valores que practicamos.  


¿Cuántos de nosotros creemos en AMAR al prójimo, al vecino, amigo o familia? Pero muchas veces, resulta difícil amar al que nos ofende, a quien nos tiene una deuda o a quien simplemente no nos cae bien. Parece que el mandato de Dios de amar a nuestro prójimo se convierte en un capricho o está condicionado a otras cosas.  


¿Cuántos de nosotros pensamos que la HONESTIDAD es buena? Pero somos capaces en ocasiones de llevarnos un lápiz de una oficina o vender un producto a un costo que no es el correcto.   

La Palabra de Dios nos enseña, que decir que uno cree no es suficiente y que son nuestros actos los que demuestran que nuestra fe es verdadera. Santiago 2:14-26  

¿Cuáles son los Valores de Dios?  
Jesús los definió con exactitud, no dejó este tema librado a nuestra elección. En Mateo 22:37-39 se dice: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo". De aquí se desprende dos valores: AMAR A DIOS y AMAR A LAS PERSONAS. El valor de amar es lo importante para Dios y para el hombre, lo que garantiza una convivencia especial en las familias, la comunidad y sociedad en general. 

¿Cómo demostramos el amor a Dios y a las personas?  
Por medio de nuestros sentimientos: Expresar, hablar, cantar, alabar;  
Por medio de nuestros pensamientos: Pensar, reflexionar, meditar;  
Por medio de nuestras acciones: Actuaciones, hechos, práctica.  

Una vez más ésta pregunta ha sido contestada por Jesús en Juan 14:21 "Los que aman, guardan mis mandamientos". Guardar significa: Obedecer, Hacer y practicar. Estos tres verbos lo podemos definir como acciones. Es decir, si decimos que amamos así debemos actuar. 

CONCLUSIONES Y DESAFÍO:  
Observemos si hemos interiorizados estos valores de Dios en nuestras vidas y si actuamos en base a los mismos. Si profesamos amar, que nuestros hechos demuestren el amor de Dios y el nuestro en la vida de otros.

Comparte este mensaje con tu familia, vecinos y amigos.

CASAS DE PAZ-PANAMÁ